Roberto Briseño • 5 de abril de 2022
Qué es la tasa de rebote y cuál es la tasa de rebote óptima es lo que intentaremos responder en este artículo.
Muchos clientes preguntan cuál es el rango adecuado en el que se debiera mover la tasa de rebote de un sitio web. Lamentablemente, la respuesta, como en muchos temas es, «depende». Pero antes de explicar de qué depende, es importante aclarar bien el concepto, ya que a veces existe una idea equivocada.
Muchas personas creen que la tasa de rebote corresponde al porcentaje de usuarios que entran y salen inmediatamente del sitio web, lo que no es totalmente incorrecto. Sin embargo, esto nos puede llevar a conclusiones erróneas.
Partamos por la definición de Google: el porcentaje de rebote se calcula dividiendo las sesiones de una sola página por todas las sesiones o por el porcentaje de todas las sesiones de su sitio web en las que los usuarios solo han visitado una página y han activado una única solicitud en el servidor de Analytics.
También podemos entender la tasa de rebote como el porcentaje de usuarios que abandonaron la página web sin interactuar de ninguna forma con ella. Y con interactuar nos referimos a hacer clic en un enlace, visitar otra página dentro del sitio, ver un video, descargar una ficha técnica o llenar un formulario.
Con esta definición es más fácil entender que hay muchos factores de los cuales depende la tasa de rebote y que un porcentaje puede ser bueno para un sitio, pero malo para otro. También nos permite entender que es conveniente utilizar esta métrica en conjunto con otros indicadores, como el tiempo promedio de permanencia y la cantidad promedio de páginas por sesión.
Un usuario puede permanecer hasta 60 minutos en un sitio web, y si no interactúa, habrá sido un rebote. Los usuarios rebotan haciendo clic en un enlace a otra página, en la flecha del navegador para volver a la anterior, introduciendo una nueva URL en el navegador, cerrando el navegador o la pestaña del navegador. Si luego de los 60 minutos se produce una nueva interacción, se considera una nueva sesión.
Veamos ahora tres factores que pueden influir en la tasa de rebote de un sitio web:
Industria
Una autopista con un sitio informativo para sus usuarios, tendrá menos interacciones que un sitio web de venta de autos y, a su vez, este tendrá menos que uno de juegos online.
Diseño y estructura
Si se entrega la información más importante que está buscando el usuario, sin necesidad de visitar una nueva página dentro del sitio o abrir un enlace, la tasa de rebote será mayor que la de un sitio que está diseñado para interactuar, que invita a ver videos, descargar fichas, conocer más detalles del producto, etc.
Un landing page de una página especialmente diseñado para captar potenciales clientes mediante un formulario, normalmente no tendrá ninguna «distracción» y no dará más posibilidades de interacción que el formulario, por lo que la tasa de rebote será mucho más alta. Se puede mover fácilmente en tasas superiores al 80%. En este último caso, puede interesar medir la cantidad de contactos y su costo.
Un sitio que va entregando información parcial o por partes, tendrá una menor tasa de rebote. Imaginemos por ejemplo un sitio web de una marca automotriz, que primero te invita a hacer clic en el tipo de auto que estás buscando (citycar, hachback, sedán SUV, etc), luego te entrega información resumida de los modelos que tiene disponible para cada categoría y, finalmente, una información detallada de cada versión de modelo. Sin embargo, esta forma de organizar el sitio no es necesariamente la mejor opción para una marca que no tenga muchas categorías.
Un ecommerce que solo da la opción de comprar, versus uno que también da la opción de cotizar, tendrá una tasa de rebote más alta. ¿Cuál es mejor? Dependerá del tipo de producto o servicio y del objetivo que queramos lograr.
Cómo se genera el tráfico
El tráfico orgánico y directo, normalmente tendrá una tasa de rebote más baja que el tráfico que se genera por campañas pagadas. A su vez, el tráfico generado por campañas de Google Search también tiene una tasa de rebote más baja que el tráfico que generan campañas de Google Display o redes sociales. Por lo anterior, es normal que aumente la tasa de rebote si estamos realizando campañas que están privilegiando objetivos de branding, versus objetivos de performance.
Finalmente, entendiendo que la cosa no era tan simple y que se debe matizar, se dice que una tasa de rebote entre el 20% y 50%, se considera baja. Podemos tener esto como parámetro, pero no nos obsesionemos. Incluso una tasa por debajo del 20% puede ser motivo de algún error o podríamos estar midiendo un evento «pasivo» (sin clics), como, por ejemplo, el tiempo de permanencia o scroll. Estos eventos «pasivos» se crean mediante el Tag Manager de Google y se consideran como una interacción, por lo que ya no sería un rebote.